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Arquitectos: Lioz Arquitetura
- Área: 274 m²
- Año: 2018
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Fotografías:Francisco Nogueira
Descripción enviada por el equipo del proyecto. ¿Cómo transformar cuatro casas del siglo XIX en casas del siglo XXI? En este edificio, compuesto por cuatro fracciones residenciales, contiguo a otro edificio idéntico, pudimos percibir la esencia de un antiguo sistema de viviendas.
La dimensión reducida de los departamentos indica que todos los elementos constituyentes de la tipología original se consideraban como el mínimo esencial para habitar. De esta forma, se hace perceptible la relevancia de la cocina a través de la presencia y posición de la chimenea; la ausencia de instalaciones sanitarias como divisiones autónomas, adaptadas a lo largo del tiempo en los balcones y cocinas; la importancia del recato y de la privacidad demarcadas por las puertas que separaban las habitaciones; la conformación del cuarto interior sin luz solar directa; la sala como ambiente social por excelencia, en relación con el frente del edificio. Cuando analizamos estos elementos en comparación con lo que caracteriza a la vivienda contemporánea, percibimos la relevancia de la intervención.
Dada la necesidad de reorganizar la tipología y teniendo en cuenta que la zona más grande de la casa era el dormitorio central, se hizo evidente que todas las paredes interiores, así como toda la estructura del piso sostenida por la mampostería, serían demolidas. Sin embargo, con el mantenimiento de las escaleras de acceso al primer piso y la remodelación del techo (junto con el edificio vecino), decidimos mantener la división en cuatro departamentos, respetando todas las elevaciones originales y la relación con su entorno.
Para garantizar el mejor uso de la iluminación este / oeste y la ventilación cruzada, concentramos todas las infraestructuras hidráulicas del departamento -cocina e instalaciones sanitarias- en un núcleo técnico en el centro, dividiendo el espacio en dos áreas libres. La circulación entre estos es fluida, sin puertas ni pasillos. La misma solución se repite en el primer piso, donde el vacío del techo se convierte en un entresuelo justo por encima del núcleo técnico. Para marcar la intervención, estructuramos los departamentos mediante un sistema de columnas y vigas en madera laminada, perpendicular a la dirección de las vigas originales, manteniéndolas autónomas de las fachadas.
La métrica de la estructura define la posición y la geometría del núcleo y el entresuelo. Intervenir en el patrimonio construido también implica establecer un diálogo entre dos épocas diferentes, con respecto a la forma de habitar. En los trabajos de restauración, consideramos como un aspecto relevante para comprender y apreciar la génesis de la estructura construida en su contexto socioeconómico, así como las transformaciones culturales que definen nuevas formas de vivir en la ciudad contemporánea, mejorando la permanencia y la relevancia de la intervención.